domingo, 13 de marzo de 2011

Hace calor



El Polo Norte muestra ya signos evidentes de cambio. Más allá de marcadas variaciones estacionales la capa de hielo polar podría haber perdido un 10% de su superficie en tan solo treinta años. Además, su espesor se habría reducido en un 40% (antes de que termine el siglo podría reducirse en más de la mitad).

Si eres como la gente que quiere sacar continuamente dinero de todo, le sacarás el lado positivo diciendo que este hecho ha supuesto la apertura de nuevas rutas marítimas anteriormente inaccesibles. Pero este tipo de ventajas pesan poco en una balanza frente a las desventajas que nos puede acarrear. La más grave supondría la alteración de la Corriente del Golfo, que desde 1950 ha reducido su flujo en un 20%. Esto podría acelerar el recalentamiento y, como no, la elevación de los mares.

Hasta no hace mucho, los investigadores pensaban que sólo la Península Antártica estaba afectada, pues su temperatura se incremento en 3ºC entre los años 1974 y 2000. Si todo el hielo de dicho lugar se derritiera, el nivel de las aguas ascendería unos 45 centímetros aproximadamente. Además de este serio problema, la reducción de los hielos antárticos podría generar un cambio radical en la fauna acuática.

Todo ello sumado a los excesos de la actividad pesquera mundial y a lo quebradizo de los corales, es sin duda un motivo más de inquietud.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario