domingo, 20 de marzo de 2011

Pequeños sacrificios

Según la quinta acepción en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), la definición de sacrificio sería "peligro y trabajo grave al que se somete una persona". Nada de lo que se vaya a decir en esta entrada es peligroso de realizar, pero sí conlleva un trabajo y una cierta preocupación.

Muchos de los que lean estas líneas pensarán que se han escrito unas tonterías tremendas, que todos hacemos lo que a continuación se va a mentar. No obstante no siempre nos damos cuenta, y personalmente pienso que debemos pensar en las pequeñas acciones que podemos llevar a cabo en nuestros hogares para que nuestro consumo sea menos elevado. Sin más dilación comenzamos:

- Todos deberíamos dar un paso adelante a favor del reciclaje. Supongo que todos, o casi todos, lo haréis normalmente en vuestras casas, pero me gustaría resaltar la importancia de tirar los periódicos y revistas a los contenedores de "papel y cartón", los botes de mayonesa al de vidrio y hacer lo propio con los envases y plásticos.

- El tema de la luz es algo muy importante a tratar. No debemos dejarnos luces encendidas (incluyendo la televisión) cuando salgamos de las habitaciones, cocina, cuarto de baño y salón. Dejando a un lado el tema económico, ya que es un gasto completamente innecesario, creo sinceramente que dejarse la luz encendida y gastar energía injustificadamente es un acto bastante egoísta.

- Asimismo, y en relación al anterior apartado, estoy seguro de que algunos de vosotros seguís teniendo bombillas que no son de bajo consumo en vuestros hogares. Ofreceros a comprarlas y a cambiarlas, pues a la larga os veréis beneficiados por ello (tanto económicamente como en el tema de ahorrar energía).



- A continuación toca meternos con el tema del agua. Aunque muchos no superéis el tiempo, deberíamos pactar con nuestras familias el límite de diez minutos como ducha diaria, ya que con ese tiempo cualquier persona tiene agua de sobra cayendo sobre sus hombros.

- Mientras nos estamos cepillando los dientes, cerrar el grifo.

- Tener cuidado con la ropa que se echa a lavar. Todos sabemos y comprendemos que se tiene que lavar, sí, pero puede que la reserva de un par de camisetas a la semana reduzca el número de lavadoras al mes en una menos, y eso supone unos cuantos litros de agua.

- Esto es algo muy debatible, pero en mi humilde opinión no creo que se tuviera que tirar de la cadena cada vez que vayamos al baño y tan sólo orinemos. Una vez alguien más lo ha hecho es totalmente normal, pero gastar dos litros y medio de agua (más de lo que muchos bebemos al día, o incluso en dos días) al tirar de la cadena por una única micción no creo que sea necesario.



- Para quienes utilicen el coche para ir a trabajar (transporte muy cómodo y a veces muy necesario en el día a día) les rogaría que utilizaran el transporte público siempre y cuando el coche no sea tan necesario. Puede que resulte algo incómodo, pero la menor contaminación y nuestro bolsillo lo notarán.



No nos tomemos esto a broma. Sinceramente, es un pacto a realizar en todas nuestras casas que no hace más que beneficiarnos a todos en todo. Imaginaos el gran cambio que se produciría si todos lleváramos a cabo todas estas medidas.
 

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