lunes, 29 de agosto de 2011

Resultado de la encuesta

Coincidiendo con el final del presente mes de agosto, termina una nueva encuesta en Somos Parte. En esta última preguntábamos si las energías renovables son económicamente sostenibles.

Notando que muchos se han ido de vacaciones, el número de votos ha bajado un poquitín. Pero bueno, para un total de 33 votos vuestras opiniones quedaron de la siguiente manera:

- Sí, totalmente: 20 votos
- No, son demasiado caras: 4 votos
- No, pero igualmente hay que explotarlas: 9 votos

Me quedo con el dato de que únicamente cuatro de vosotros ha pensado que son demasiado caras para llegar a plantearse utilizarlas. En cuanto al resto: ¿opinarán igual quienes tienen la obligación moral de impulsarlas?

Por tener un poco más de información sobre qué impulsar os recomendaría echar un vistazo a la siguiente imagen. Pulsad sobre ella y se os abrirá en un tamaño mayor:


En breve se publicará una nueva encuesta.

lunes, 22 de agosto de 2011

El mito de la máquina

En su obra titulada Técnica y evolución humana, el escritor Lewis Mumford dice lo siguiente:

Todo el mundo reconoce que en el último siglo hemos sido testigos de las transformaciones radicales en el entorno humano, debidas en no poca medida al impacto de las ciencias matemáticas y físicas sobre la tecnología. Este desplazamiento de la técnica empírica, basada en la tradición, hacia una modalidad experimental ha abierto nuevos horizontes, como los de la energía nuclear, el transporte supersónico, la cibernética y la comunicación instantánea a enormes distancias. Desde la época de las pirámides nunca se habían consumado cambios físicos tan inmensos en un tiempo tan breve. Estos cambios, a su vez, han producido notables alteraciones en la personalidad humana, y si el proceso sigue adelante, con furia incólume y sin corregir, nos aguardan transformaciones más radicales todavía.

De acuerdo con el panorama habitualmente aceptado de la relación entre el hombre y la técnica, nuestra época está pasando del estado primigenio del hombre, marcado por la invención de armas y herramientas con el fin de dominar las fuerzas de la naturaleza, a una condición radicalmente diferente, en la que no solo habrá conquistado la naturaleza, sino que se habrá separado todo lo posible del hábitat orgánico.

Una vez leídos estos dos párrafos nos preguntamos seriamente sobre si los avances tecnológicos no están llegando demasiado lejos, y si pueden tener un grave carácter contraproducente en la Naturaleza.

Quizá se debería de controlar la fabricación de productos innecesarios, creados por y para el capricho de un puñado de gente irresponsable. Quizá debamos de acabar ya con la obsolescencia programada.


viernes, 12 de agosto de 2011

Lo nocivo renta

En su origen se utilizaba para una combustión localizada a pequeña escala, pero el carbón se convirtió en la mayor fuente de energía gracias a la sustitución del carbón vegetal por el coque, y a la difusión de la máquina de vapor.


A finales del siglo XIX la mayoría de los países europeos y norteamericanos habían llevado a cabo la transición de la madera al carbón. A lo largo del siglo XX los hidrocarburos sustituyeron al carbón en la calefacción doméstica, en los medios de transporte y en la producción industrial, y la explotación de carbón se redujo o desapareció en un buen número de países de Europa.

Pero China, Estados Unidos y la India han experimentado un crecimiento ininterrumpido de su producción, siendo la primera la que ocupa la primera posición. El carbón suministra principalmente dos actividades: la producción de electricidad y la siderurgia. En la primera de ellas constituye su fuente más grande a escala mundial. Además, si tenemos en cuenta las enormes reservas del metal como combustible, el uso del carbón podría aumentar, frenado sin embargo por los imperativos de protección del Medio Ambiente.

En el pasado año 1900, el carbón proporcionaba en torno al 95% de la energía primaria comercial (exceptuando la leña). El uso del petróleo y del gas ha reducido este porcentaje a un 25% a finales del siglo XX, pero la producción no ha dejado de aumentar. En vista de las enormes reservas de este combustible y de la creciente demanda de energía, el consumo de carbón podría incrementarse a pesar de sus efectos negativos sobre el Medio Ambiente.

domingo, 7 de agosto de 2011

Capitalismo enérgico

El desarrollo económico se enfrenta a dos grandes amenazas que cada vez son más importantes: el agotamiento de los principales recursos fósiles y el calentamiento climático, ligado al aumento de las emisiones de gas de efecto invernadero. La lógica productivista del capitalismo impide que se puedan aplicar soluciones sostenibles.

La demanda anual de energía primaria en el mundo se eleva a cerca de 12.000 millones de toneladas equivalentes a petróleo, que se reparten de la siguiente manera: el 35% corresponde a petróleo, el 25% al carbón, el 21% al gas natural, el 13% a las energías renovables y el 6% a la energía nuclear.



La Agencia Internacional de Energía prevé un aumento de la demanda de energía primaria de más de la mitad entre el ya pasado año 2004 hasta al 2030, y que se doble en 2050. A esta amenaza, consecuencia de la rarefacción, se añade desde ahora la evidencia del calentamiento climático provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Dichas emisiones aumentarán aún más rápidamente que el consumo de energía primaria, pues su estructura traerá consigo un incremento de la parte de energía que libera más carbono.

Aunque en materia de emisiones la trayectoria de países emergentes gigantes, como la India o China, les llevará a alcanzar (a corto plazo) a los países industrializados, las posibilidades se presentan de una forma muy desigual si las evaluamos por habitante. Un norteamericano emite de cinco a seis veces más carbono que un chino y diez veces más que un indio, mientras que un europeo lo hace cuatro y seis veces y media más respectivamente.

A título personal diré que esta entrada se ve claramente relacionada con la encuesta abierta actualmente en Somos Parte. Votad según vuestro criterio, y que a partir de los resultados podamos establecer unas conclusiones aún más fundadas.

jueves, 4 de agosto de 2011

Tenemos Twitter!

Continúa la expansión de Somos Parte.

Esta misma mañana se ha creado un perfil en la red social Twitter donde toda persona que se precie puede seguirnos. La filosofía será similar a la de Tuenti: actualizaremos el estado cada vez que se publique una nueva entrada y aceptaremos siempre de manera constructiva cualquier comentario que se nos haga.

Eso sí, para encontrarnos tenéis que poner nuestro nombre seguido: SomosParte.

Buscadnos!

Un pequeño momento crucial

Desde el inicio de la era industrial, la actividad humana ha emitido a la atmósfera 200.000 millones de toneladas de dióxido de carbono de más. La atmósfera ya contiene cerca de 800.000 millones de toneladas de dicho gas, es decir, el doble de carbono que durante la última gran glaciación, y un tercio más que las precedentes eras interglaciares. Este excedente no proviene de los ciclos naturales, sino que es el resultado de que las sociedades industriales hayan quemado existencias gigantescas de carbón y de petróleo, energías fósiles que se han constituido durante 500 millones de años.

El sistema climático se encuentra alterado mientras se adentra en una nueva fase. Desde el inicio de la era industrial hemos entrado en la era del Antropoceno, caracterizada por una intervención masiva de la humanidad en los ecosistemas.

No obstante, si se hace el esfuerzo se podrían estabilizar los hielos árticos y evitar que el nivel del mar se elevase dos metros a finales de este siglo. De media, de aquí al año 2050 cada habitante de los países industrializados debería emitir veinte veces menos que en la actualidad (cuanto más rápido lo consiga cada uno, menos carbono se acumulará en la atmósfera). Huelga decir que el balance actual del Protocolo de Kioto es insuficiente, incluso distinto del esperado después de ver la gravedad de la crisis climática.



En resumen, diremos que el ser humano, como extractor infatigable de las materias primas que la Naturaleza ofrece, se ha convertido en una potencia capaz de interferir en los grandes ciclos del planeta, transformar la organización de la biosfera y provocar un calentamiento global que amenace a la civilización.

Es hora de variar nuestro destino.