sábado, 26 de mayo de 2012

Tú de aquí, yo de allí

No es nuevo el debate sobre la opinión que se tiene en España acerca de los nacionalismos. Alguna vez se ha tratado de olvidar, o dicho debate ha quedado aparcado, pero los partidos políticos siempre se han encargado de recordárnoslo, de metérnoslo hasta en la sopa. Unos partidos políticos que, por supuesto, cuentan con todo el respaldo de los medios de comunicación.

Como ejemplo más reciente nos tenemos que remontar a ayer viernes día 25/05/2012, y más concretamente a la Final de la Copa del Rey que se jugó a partir de las 22:00 de la noche en el Estadio Vicente Calderón de Madrid. Se enfrentaban el Athletic Club de Bilbao y el Fútbol Club Barcelona, dos ciudades pertenecientes a territorios (no los calificaré de otra manera) con clara tradición nacionalista. Dos equipos con aficiones mayoritariamente nacionalistas en una final considerada 100% española. Estaba claro que eso no podía salir del todo bien.



Dicha final, aunque en distinto escenario (Estadio de Mestalla de Valencia) ya se jugó el pasado año 2009. La polémica aquel día fueron los silbidos generalizados mientras sonaba el himno nacional. Una polémica que, gracias a las declaraciones de hace tan solo unos días por parte de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, dura hasta hoy con creciente fuerza. Esperanza Aguirre, en sus declaraciones, apoyó la posibilidad de suspender el partido de fútbol si se silbaba al himno. Según ella, este hecho suponía un ataque contra España, muy lejano a la libertad de expresión.

Pues bien, lo lógico sería empezar desde el principio, explicándo qué es la libertad de expresión. Se define como el derecho a la libre expresión de ideas, sean de la índole que sean. Si nos basamos en la misma, esta pequeña protesta quedaría más que suficientemente amparada. Pero parece que la finalidad es quejarse, buscar una unidad que nunca ha existido en toda la Historia de España, pero sobre todo intentar imponer dicha unidad, no dejar en momento alguno que surja por ella misma.

Pero la verdadera pregunta que todos deberíamos hacernos no es cómo evitar que la gente silbe (está claro que si intentas evitarlo, como hizo la señora Aguirre, únicamente conseguirás potenciarlo), sino preguntarnos la razón por la que se silba. ¿Es quizá porque la gente no se siente identificada con este himno y bandera? ¿Porque nos ha tirado por los suelos y pisado ya demasiadas veces? ¿O quizá porque dicha bandera e himno fueron impuestos llevándose miles de vidas por delante?


No encontraréis en mí a un nacionalista, eso ya os lo aviso. Me repulsa cualquiera de ellos, pues pienso que solo conllevan separatismo y diferencia entre las personas que hemos nacido en un mismo planeta. Ni siquiera puedo llegar a entender cómo alguien puede pensar que su tierra es superior a otra solo porque él ha nacido en ella. Son las manchas del corazón humano.

Por último, y ya refiriéndome al fútbol, diré eso mismo: que solo es fútbol. Y que las protestas no se llevan a cabo en frente de un campo de césped, sino en la calle, contra quienes de verdad tienen la culpa de todo esto.
 

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