jueves, 26 de septiembre de 2013

No renuevo, destruyo (I): hidroeléctrica

No me canso de ver (o, mejor dicho, ya sí me canso) personas ecologistas que creen que la verdadera solución para que la vida del ser humano sea sostenible en este planeta sea crear, instalar, utilizar y mantener todo tipo de energías renovables. Suele ser la respuesta fácil que han llevado hasta nuestras bocas los principales partidos de izquierdas del país. Pero la verdad está clara, siempre y cuando estemos dispuesta a mirarla a los ojos: las energías renovables no son sostenibles, pues, por mucho que puedan llegar a serlo más que las energías que utilizan combustibles fósiles, las mismas también conllevan cierto desgaste para la Tierra. Como dijo mi compañera de Somos Parte, Natalia Funes, en su último artículo: "la energía más barata es la que no se consume". Y a mí me gustaría añadir a esa afirmación que también es la más respetuosa con el Medio Ambiente.
 
En esta serie de seis artículos que estoy preparando escribiré sobre las energías renovables de una manera destructiva, ya que sería imposible que, criticándolas, fuera de otra manera. Y sería imposible porque si tratara de dar ciertas soluciones ya no serían energías renovables, al menos las que nos han vendido, y desde esta humilde página me pondría a inventar nuevos procesos para obtener energía. Y no puedo.
 
Iremos una a una explicando cuáles son los perjuicios que ocasionan contra la Naturaleza. La primera de la que hablaremos será la hidroeléctrica, que no se queda ni muchísimo menos corta. Siento aburriros, pero prefiero decíroslos todos.
 
 
Sistema acuático
 
- El agua es el factor más importante y su principal característica es que constituye un ecosistema extremadamente frágil. La alteración que va a sufrir el caudal de agua crea el impacto más fuerte.
 
- La interrupción de la corriente de agua se traduce en una alteración directa sobre la población piscícola, disminuyendo además la capacidad de autodepuración del cauce en el tramo interrumpido.
 
- Pérdida de la calidad de las aguas a consecuencia de vertidos accidentales al río como consecuencia de las labores de construcción, movimientos de tierra o por la proliferación de algas en el embalse.
 
- Efectos barrera para la población piscícola por la construcción de la presa o azud.
 
Suelo
 
- Invasión del terreno al levantar las instalaciones necesarias para el funcionamiento de la minicentral, y al abrir los caminos de acceso.
 
- Erosión del suelo al desaparecer la cubierta vegetal en aquellas zonas donde ha habido movimiento de tierras para levantar el edificio principal, caminos de acceso, tuberías, canales, etc.
 
Vegetación
 
- Pérdida de la cobertura vegetal por los movimientos de tierra que se derivan de las obras de construcción e inundación de márgenes por la construcción de presas y azudes.
 
- Cambios en los tipos y/o la estructura de las comunidades ripícolas por la modificación del flujo del caudal, aguas abajo de la central.
 
Fauna
 
- La fauna piscícola es la más afectada por la minicentral, ya que la presa o azud representa cambios muy notables en las condiciones de su hábitat, además del efecto barrera de las presas y azudes sobre las migraciones de peces, que remontan los ríos para desovar.
 
- Pérdida del hábitat de algunas especies terrestres debido a la desaparición de parte de la cobertura vegetal durante la fase de construcción y por la inundación de zonas para la creación de la presa o azud.
 
- Dificultad en la movilidad de determinadas especies que no puedan cruzar la superficie de agua embalsada.
 
- Aumento de la mortandad de las aves de la zona a consecuencia del tendido eléctrico conectado a la minicentral.
 
- Desplazamiento de especies sensibles a los ruidos provocados por la actividad desarrollada en la construcción y en el funcionamiento de la central.
 
Atmósfera
 
- Polvo en suspensión provocado durante las tareas de construcción, movimiento de tierras, extracción de materiales, etc.
 
Medio social
 
- Aquí se engloban todas aquellas alteraciones que puedan sufrir tanto los usos existentes como los futuros, y que se relacionan directa o indirectamente con el curso del agua. Por ejemplo, invasión de vías pecuarias y pasos tradicionales de ganado.
 
Paisaje
 
- Desaparición de alguno de los elementos que caracterizan la zona.
 
- Aparición de nuevos elementos que visualmente pueden estar o no integrados en el paisaje.
 
La energía renovable que abordaré en el siguiente artículo será la eólica, una energía demasiado bien vista en un contexto social y por la que cada vez apuestan e invierten muchos más países a lo largo y ancho de todo el mundo.

domingo, 15 de septiembre de 2013

El oligopolio energético

Vivimos un tiempo de dependencia energética absoluta: no sabemos hacer nada sin ella. Si no lo creéis, probad a pasar un día sin nada que requiera una fuente de energía externa, es imposible. Además, dada la situación de crisis actual, muchas familias también sufren la denominada pobreza energética: cuando un hogar no se abastece con la suficiente energía para satisfacer sus necesidades básicas, siendo el principal motivo el económico.
 
Uno de los grandes problemas del sector eléctrico en España es que es un oligopolio: está controlado por unas pocas empresas, de forma que se hace prácticamente imposible la entrada de competidores en el mercado, siendo ellas mismas quienes controlan los precios de venta. En el documental #Oligopoly2 explican todas las trampas de este sector y, más importante, cómo podemos actuar para cambiar esta situación. Las empresas en cuestión se han unido en UNESA (Asociación Española de la Industria Eléctrica), que actúa como representante de las mismas. Son Endesa, Gas Natural Fenosa, Iberdrola, Eon-España y Edp.
 
 
España tiene la tercera electricidad más cara de toda la Unión Europa (UE), mientras que sus sueldos no se sitúan en ese nivel.  ¿Por qué? Como explican en #Oligopoly2, el déficit de tarifa es el culpable (entre otros motivos). Este déficit es un invento del ex ministro Rodrigo Rato y consiste en lo siguiente: en 2002 se acuerda con las eléctricas no subir el precio de la luz o hacerlo mínimamente (alrededor de un 2%), y a cambio el Estado actuaría como aval de estas empresas frente a los bancos. Ellas, obviamente, no iban a perder sus beneficios: la diferencia sería abonada por el Estado, pero a un ritmo más lento. El petróleo era muy barato en ese momento, por lo que parecía una buena idea, hasta que en 2008 los hidrocarburos alcanzan los 140$ por barril y llega la crisis económica mundial: los bancos ya no dan dinero a las eléctricas, así que el dinero que falta pasa a ser deuda pública (en torno a 4.000 millones de euros), y continúa creciendo cada año.
 
Es un modelo, a todas luces, perjudicial para el Medio Ambiente y para la economía del país, pero existen varios problemas para cambiar el panorama energético. En primer lugar, el sector disfruta de una gran influencia sobre los medios de comunicación y especialmente sobre el Gobierno y los partidos políticos mayoritarios. Actualmente, Gas Natural cuenta con Felipe González entre sus filas, y Endesa con José María Aznar y Elena Salgado. Dada la gran influencia de sus 'trabajadores/as' se hace difícil pensar en un cambio.
 
Otra de las dificultades es el modelo energético que existe en España y que, desde el Gobierno y las eléctricas, luchan por conservar: los combustibles fósiles, que suponen el 80% de la energía; y la nuclear, que supone un 6%. En los últimos meses hemos visto cómo se ponen trabas a las energías renovables, tasando el autoconsumo (cuando ya de por sí son caras la instalación y la autorización para su uso) y reduciendo las primas. Estas energías son más baratas y más limpias (aunque no totalmente, su impacto es considerablemente más reducido), pero las empresas de UNESA han construido más centrales térmicas de las que necesitamos, y quieren amortizarlas el mayor tiempo posible. Además, en el año 2002 se implementa una nueva planificación de gas, importando combustible de diversos países y, por lo tanto, contribuyendo a este modelo de insostenibilidad. En el documental hacen alusión a este sinsentido afirmando: teniendo el sol que tenemos, parece una tontería utilizar gas de Argelia para calentar el agua.
 
 
¿Cómo podemos hacer que la situación cambie? Existen pequeñas cooperativas y compañías independientes que proporcionan electricidad mediante energías renovables: en ‘Me cambio’ (www.mecambio.net) se ofrecen algunos ejemplos. Por supuesto también participa activamente en proyectos de autoconsumo: instala paneles en tu propia casa o un aerogenerador, aunque esto último no siempre es posible económicamente. Además, desde la Plataforma para un 'Nuevo Modelo Energético' (www.nuevomodeloenergetico.com) luchan para cambiar algo que nos afecta a todos/as, y son los/as responsables de #Oligopoly2. Pero sobre todo hay que tener en cuenta que la energía más barata es aquella que no se consume: ahorrar todo lo posible buscando siempre la máxima eficiencia.

El siguiente enlace corresponde al documental que he mencionado anteriormente: #Oligopoly2. El imperio eléctrico contra todxs. Dura 47 minutos y es absolutamente imprescindible.
 
 
Natalia Funes
 

lunes, 9 de septiembre de 2013

Esto no es un juego

Ya es por todos/as conocido que Tokio albergará los Juegos Olímpicos del próximo año 2020. Superó a Estambul y a Madrid como ciudades candidatas, siendo esta última (la nuestra) la primera en ser descartada. Los medios de comunicación no se cansan de hablar de tongo, de que Madrid debería de haberlos organizado y de que la mayoría de su población apoyaba esta candidatura. Y yo, sinceramente, no he venido aquí a hablaros de la supuesta injusticia que se ha cometido con nuestra capital, sino de la suerte que la misma ha tenido al no haber sido castigada con el premio al que optaba. Hoy vengo a hablaros de los Juegos Olímpicos y del Medio Ambiente.
 
 
Crearemos un contexto histórico. Según dicen los 'expertos', los Juegos Olímpicos celebrados en Londres durante el verano del ya pasado año 2012 fueron los más respetuosos de la historia para con el Medio Ambiente. Hasta tal punto de que se les podían poner la etiqueta de Juegos Olímpicos verdes. Bendita infamia. ¿Cómo se le puede atribuir dicho adjetivo a tal acontecimiento? ¿Por qué infamia? Os lo explicaré encantado.
 
En la ciudad de Londres se invirtieron un total de 11.600 millones de euros para la construcción y el mantenimiento de las instalaciones. Supongo que todos/as vosotros/as, como yo, también sospecharéis que esto no concuerda demasiado con un proyecto al que se le pueda llamar ecológico. La explotación del suelo, el tremendo gasto de energía y su respectiva contaminación ambiental dan buena fe de ello. Podemos sumarle la visita de millones de turistas desde todos los rincones del mundo, con todos los residuos que generarán durante su corta estancia en la ciudad organizadora.
 
Esto ocurre cada cuatro años en un lugar diferente del mundo desde 1896 en Atenas.
 
 
No seré el primero en comparar el desastre de la central nuclear de Fukushima (Japón) con el ya conocido de Chernobyl (Ucrania). Pues bien, dentro de siete años en Tokio, una ciudad gravemente contaminada por la radiación, se celebrarán unos Juegos Olímpicos. Quizá se les debieran facilitar máscaras a los/as deportistas y a los/as turistas que poblarán la ciudad japonesa durante semanas, al igual que ya utiliza la propia población residente allí. Un factor ambiental más a tener en cuenta.
 
El último factor que me gustaría mentar puede que no se encuentre directamente relacionado con el medioambiental, pero sí con el social. Unos Juegos Olímpicos no duran menos de un mes, sino bastantes años, sobre todo para la población de la ciudad que se endeuda para poder organizarlos. En Madrid todo sería dicha y alegría mientras los mismos transcurrieran, pero posteriormente miles de personas se acordarían de ellos debido a las diferentes subidas de impuestos y a los recortes de los principales derechos sociales, en favor de las principales constructoras y de los grandes comercios. Puede que alguien justificara esta desventaja indicando que generarían abundante empleo, pero claramente el mismo resultaría precario y muy probablemente de corta duración.
 
Quienes no apoyamos los Juegos Olímpicos no quiere decir que intentemos atentar contra el deporte, pero está claro que muchas otras cosas tienen prioridad. La primera: el respeto por el Medio Ambiente.