sábado, 22 de febrero de 2014

Cielo sin estrellas

Los/as expertos/as llaman contaminación lumínica al fenómeno que se produce cuando la luz artificial que emite el alumbrado doméstico o urbano se refleja en los gases y en las partículas en suspensión que hay en la atmósfera de las ciudades y de los pueblos.

La Oficina Técnica para la Protección de la Calidad del Cielo del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), uno de los organismos más reputados a nivel mundial en el análisis de este tipo de fenómeno, ha realizado diferentes estudios sobre las causas que provocan la contaminación lumínica, y coincide en señalar que obedecen en buena medida a las deficiencias en la iluminación urbana, incluida la que utilizamos en nuestras casas, y que están directamente relacionadas con el derroche energético. El alumbrado de los diferentes monumentos de las ciudades, el excesivo alumbrado de las carreteras, de los centros de ocio e incluso de los escaparates a pie de calle podrían ser buenos ejemplos para imaginar el grave problema que tratamos.

También dichos/as científicos/as han podido demostrar que su impacto en el ecosistema es realmente preocupante, ya que altera el ciclo vital de las plantas y de los animales, y modifica las condiciones naturales del espacio que ocupa el entorno urbano.


Pero hay más, y es que no solo nos impide ver las estrellas y afecta al Medio Ambiente, sino que también puede perjudicar a la salud de las personas. Los procesos de adaptación a los diferentes niveles de iluminación se ven alterados ante la ausencia de fases de oscuridad, provocando que quienes viven en espacios sometidos a un exceso de iluminación artificial exterior vean dificultado su descanso. Es así como se ha establecido una relación directa entre algunas molestias comunes, como son el insomnio, la fatiga o el estrés, y la exposición a la contaminación lumínica que sufren nuestros municipios.

Reducir la intensidad de la luz exterior, moderar y razonar su uso, puede ayudarnos a ahorrar dinero, a mejorar la calidad medioambiental (o a no empeorarla) y a gozar de un descanso más saludable. Sin duda vale la pena modificar nuestros hábitos al respecto.

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