Según el Banco Central Europeo (BCE), el 56% de los/as ciudadanos de Europa nunca han tocado un billete de 500€. Si los empresarios tampoco lo
consideran interesante para las transacciones económicas, y cada vez se imponen más los medios de pago electrónico entre los consumidores, ¿qué sentido puede
tener que más del 30% del valor de los euros en circulación tengan la forma de dichos billetes? Esta pregunta permanece sin respuesta desde el mismo momento de su creación, hace ya más de catorce años. Las advertencias al respecto de organismos en contra del fraude, así como de cuerpos policiales, han sido menospreciadas.
Se da por supuesto que el BCE aceptó una petición de países como Alemania,
Holanda y Austria, donde reclamaban un billete de alto valor debido a que "era parte de
su cultura monetaria". Nació así el billete de 500€, solo superado en el
mundo por el de 1.000 francos suizos (909€) y el de 10.000$ de
Singapur (66.357€).
Ya en los albores de su nacimiento, algunas
voces pronosticaron que se convertiría en una sabrosa divisa para los/as delincuentes, y no hubo que dejar transcurrir demasiado tiempo para detectar su
uso extensivo entre los narcotraficantes colombianos. Había alguna razón de
peso: un millón de euros en billetes de 500€ pesan en torno a 2'2 kilogramos, ocupando un volumen
aproximado de tres litros y pudiendo caber, por ejemplo, en un bolso mediano.
Fueron
tantas las operaciones en aduanas y en aeropuertos,
que a nadie le sorprendió que, en el año 2010, el Banco de Inglaterra recomendara a las
entidades no distribuirlos; ya que, según informes policiales, el
90% de estos billetes en el Reino Unido estaban en manos de
organizaciones criminales. El último informe de Europol llega a una conclusión parecida: no todo su uso es delictivo, claro, pero está acreditado que todas las organizaciones delictivas lo tienen como su divisa favorita.
Las
unidades policiales fueron sumando experiencias:
En el pasado año 2006, tras el
descubrimiento de una enorme estafa financiera en España con cientos de miles de afectados (Fórum Filatético y Afinsa), la policía entró en el chalé de uno de los imputados y, además de hallar una discoteca privada y algunas obras de arte, descubrió
tras un falso tabique una bolsa con doce millones de euros en billetes de 500.
Aquello fue un récord, pero no el único.
En Portugal, la detención de un
general del ejército angoleño que había creado una fundación en Lisboa con intenciones poco
claras, permitió encontrar en uno de sus apartamentos un paquete con ocho
millones de euros, naturalmente también en billetes de 500.
Unas tras otras se sucedían
operaciones con resultados parecidos; hasta la más reciente Operación
Emperador, también en España, y dirigida por el chino Gao Ping, donde se blanquearon entre 800 y 1.200 millones de euros en cuatro años. La fase del lavado era muy sencilla: los chinos sacaban el dinero de España
en sus viajes hacia China para visitar a la familia.
Por continuar con el
caso español, los datos evidencian cómo a los años dorados
del ladrillo (el 26'68% de los billetes de 500€ en circulación en Europa en
enero del año 2007) siguió una evidente caída. Pero ahora se observa otro dato
singular: el 79'36% del valor de los billetes en circulación en España
corresponden a los de 500€ y 200€, un incremento sin igual en otros países
de la eurozona. La
cuestión es que, por efecto de la crisis, además de atractivo
para los/as delincuentes, el billete de 500€ se está convirtiendo en un
valor refugio para la economía sumergida (guardar el dinero en casa aparece como una opción cada vez más utilizada).
Como consecuencia de todo esto, y sumando la creencia de que dichos billetes han podido llegar a financiar al terrorismo yihadista, la Unión Europea (UE) tiene la firme intención de retirar su circulación. Personalmente espero que así se haga, aunque todos/as sabemos que del dicho al hecho hay un trecho.